Con el paso del tiempo, los elementos constructivos de un edificio pueden sufrir desplazamientos y algunos de estos desplazamientos pueden causar la aparición de grietas visibles en las superficies externas.
No todas las grietas son preocupantes.
En toda casa, incluso en las de nueva construcción, los materiales y elementos estructurales están sujetos a diversos tipos de acciones que provocan dilataciones y contracciones (proceso de asentamiento). Dado que los materiales de construcción generalmente no pueden estirarse o acortarse, esto causa la aparición de lesiones superficiales.
Sin embargo, no todos los edificios se asientan con tanta claridad.
En la mayoría de los casos, estos desplazamientos son tan pequeños que no se perciben con la sensibilidad habitual.
En otros casos, el fenómeno se hace evidente y se manifiesta con la presencia de grietas y fisuras particulares.
Por ello es importante inspeccionar periódicamente las superficies de los edificios para comprobar la presencia de grietas y, en caso afirmativo, solicitar el asesoramiento técnico de profesionales con la preparación adecuada al respecto.