En 2015, las canalizaciones de hormigón que contenían los cables HT fueron excavadas por una micro-tuneladora bajo la vía férrea de la línea SNFC que une Burdeos y Hendaya. Transcurridos unos meses, el conjunto de radares situados sobre la plataforma ferroviaria detectó algunas anomalías que pusieron de manifiesto una descompresión del terreno, con la creación de cavidades y micro-cavidades susceptibles de suponer un riesgo de hundimiento. Este fenómeno tenía un impacto sobre el complejo balasto / traviesas / raíles que era aconsejable mejorar de antemano.