Causas que pueden provocar la aparición de grietas

     

    Iván Arrieta Carril, Geólogo - Responsable Técnico de Uretek España

    Iván Arrieta

     

    Los edificios están expuestos a sufrir una serie de problemas que pueden ser más o menos importantes. Estos problemas pueden surgir tanto si están construidos con piedra, como con bloques de hormigón o ladrillos. 

    Estos problemas puedes venir provocados por diferentes factores, tales como los defectos de construcción (cuando nos encontramos con cimientos de un tamaño insuficiente por ejemplo) o por problemas provocados por la naturaleza del terreno (terrenos en pendiente, excavaciones en zonas cercanas, composición del terreno...). Además otros factores como puede ser la presencia de vegetación o agua en las zonas cercanas, también podrá afectar a que se produzcan problemas. 

    Normalmente, los problemas estructurales se manifiestan mediante la aparición de grietas en las paredes de los edificios. Cuando aparecen estos problemas no se deben tomar a la ligera y limitarnos a sellar las grietas, es necesario solucionar el problema de raíz. 

    Para alguien sin conocimientos en el sector, una grieta puede ser una simple fisura. Es necesario analizar las causas del origen de su aparición y no actuar por iniciativa propia. 

    Un especialista en el campo podrá identificar de forma clara cuál ha sido el problema que ha originado la aparición de la grieta. De esta forma se podrá establecer cuál es la forma correcta de reparación: necesidad de consolidar el terreno de cimentación, impermeabilización de los muros subterráneos de la estructura, trabajos de albañilería... Esto tipo de trabajos son muy técnicos y se deben desempeñar por un profesional. 

    CÓMO AFECTA EL AGUA Y LAS PRECIPITACIONES

    Si se produce una fuga de agua o nos encontramos con tuberías en mal estado, esto puede provocar daños por una acción erosiva local bajo las viviendas. Esto puede provocar la aparición de huecos que puede derivar en hundimientos. 

    El agua puede provocar numerosos daños, ya sea debido a la presencia de una fuga, como a la presencia de instalaciones cercanas como pueden ser desagües, canaletas o sistemas de riego. La circulación natural del agua por el terreno también puede provocar daños.

    Daños provocados por el agua 

    CÓMO AFECTA LA NATURALEZA DEL TERRENO

    La composición del terreno (ya sean arcillas, arenas poco densas, o terrenos poco densos y/o lavados...) afectará al tipo de daños que pueda sufrir en el caso de hundimientos o deslizamientos. Estos daños pueden ser por ejemplo la aparición de grietas. 

    Si nos encontramos frente a un terreno gravoso y arenoso, veremos que es un terreno drenante. Al no retener las aguas subterráneas, favorece la salida de aguas pluviales o superficiales. 

    En el caso de los terrenos arcillosos o limosos, nos encontramos frente a terrenos más sensibles a los cambios en el contenido de agua del terreno. Incluso pueden llegar a perder su capacidad de carga. 

    Vemos que la naturaleza del terreno es esencial a la hora de dictar el tipo de construcción (un sótano, una planta baja...) y el tipo de cimentación (cimentación superficial, cimentación profunda...). Si no tenemos en cuenta estos factores, la estabilidad del edificio puede verse seriamente comprometida. 

    Grietas en la fachada

     

    CÓMO AFECTAN LOS MOVIMIENTOS DEL TERRENO

    Los movimientos del terreno pueden provocar graves daños. Nos podemos encontrar frente a problemas como derrumbes o hundimientos, por ejemplo. Cambios más o menos rápidos pueden afectar al terreno, pudiendo producir importantes daños en los cimientos de un edificio. 

    Cuando hablamos de movimientos del terreno, los podemos clasificar en dos categorías: los movimientos lentos y continuos y los movimientos rápidos y bruscos. 

    Sea cual sea el tipo de movimiento, este puede provocar un daño. Por ejemplo, el crecimiento de vegetación cerca de las edificaciones o la realización de excavaciones o movimientos de terreno en zonas cercanas, puede provocar un gran desequilibrio. 

    La presencia de cavidades subterráneas (ya sean derivadas de la explotación del subsuelo o fenómenos naturales), pueden provocar derrumbes.  Al igual que los sismos, que también pueden provocar daños. 

    Movimientos del terreno

     

    CÓMO AFECTA LA SEQUÍA Y LA ARCILLA

    La arcilla es una material muy sensible a las variaciones de su contenido de agua. La arcilla absorbe parte del agua que se encuentra en el terreno. Cuando nos encontramos en un periodo lluvioso, algunas arcillas se empapan, siendo de esta forma maleables y dándoles la capacidad de expandirse. Pero cuando se produce el fenómeno contrario, las arcillas se secan y se encogen. Esto es el denominado fenómenos de contracción e hinchamiento que sufre el terreno. 

    Cuando un edificio está construido en este tipo de terreno, puede sufrir cambios en función de la temporada. Estos cambios pueden llegar a afectar a la integridad estructural del edificio, provocando por ejemplo la aparición de grietas. 

    La sequía es un fenómeno que afecta a muchas y diversas regiones. Los terrenos arcillosos pueden verse afectados por la escasez de agua, esto provocará que se vuelvan secos. 

    El asentamiento del terreno, muy habitualmente en terrenos arcillosos, cuando se produce por la sequía implica que los cimientos no pueden cumplir su función. Esto provoca la aparición de grietas, ya sea en el nivel de los cimientos o en las paredes. La sequía puede llegar a considerarse un desastre natural muy importante. 

    Variación del terreno a causa de la sequía

     

    CÓMO AFECTA LA PRESENCIA DE  VEGETACIÓN

    Cuando vemos la presencia de vegetación en una zona cercana a una vivienda o un edificio, esto puede indicarnos una señal de peligro. El radio de crecimiento de las raíces de un árbol es más grande de lo que a priori podemos imaginar, llegando a alcanzar hasta 1,5 veces la altura de la vegetación. Estas raíces absorben agua del terreno, haciendo que el terreno alrededor del tronco se seque. 

    Debajo de un edificio el terreno es capaz de permanecer húmedo durante un tiempo mayor. Esto es debido a que no se ve afectado por los rayos del sol que provocan la evaporación natural, este solo afectará a los lados periféricos del edificio. 

    Es por ello que los árboles que se encuentren alrededor tendrán a desarrollar sus raíces en esta dirección. Esto hará que absorban el agua y empujen o eleven el terreno al mismo tiempo. Cuando esto ocurre, se pueden producir daños como la elevación del terreno por la presencia de las raíces.

    El volumen de agua que necesita la vegetación es proporcional al tamaño de la superficie de su hoja. Por lo que cuanto más numerosas y grandes sean las hojas, mayor será la extracción de agua. Árboles como los chopos, los robles, los sauces o los plátanos, son algunas de las especies que mayor cantidad de agua necesitan. Pueden llegar a tener una área de influencia de hasta 40 metros. 
    Daños provocados por las raíces